Practicar ‘running’, cocinar o quitar el polvo, caminar hasta el trabajo o regresar de clase en el autobús, o, simplemente, en el sofá de casa antes de ir a dormir, mientras por los cascos conectados al ‘smartphone’ la serena y envolvente voz que habitualmente tienen en castellano Michael Fassbender, Jim Caviezel, Mark Ruffalo o Simon Baker -el intérprete de ‘El mentalista’-, y bajo la que se esconde el doblador Xavier Fernández, va narrando, página a página, las más de tres mil que forman la ‘Trilogía del Siglo’, de Ken Follett. Es un ejemplo de las bondades que ofrece el audiolibro, un formato que no es nuevo y que hasta ahora se asociaba a lectores con problemas de visión, pero que esta semana, abriéndose a todo el abanico de usuarios, se ha convertido en una de las estrellas del Liber, la gran feria de la industria del libro en español, que cierra este viernes sus puertas en Fira Gran Via.
Planteado como una nueva forma de consumir historias y como alternativa o complemento a la lectura tradicional en papel, que no competencia (como ocurría con el ‘e-book’), las editoriales españolas empiezan a tomarse en serio tanto su producción como su difusión, vista la evolución en Estados Unidos, donde el audiolibro factura “más de 2.500 millones al año” y donde “durante tres años consecutivos ha experimentado un crecimiento del 20% respecto al año anterior”, siendo el formato que más crece frente al resto, que se mantienen estables, explica Iría Álvarez, directora de desarrollo de negocio ‘on line’ de Penguin Random House. Y “ya representa un 40% del beneficio del área digital”, añade Álex Gibelalde, ‘country manager’ de Storytel, plataforma de descarga a la vez que productora de audiolibros de origen sueco, que afianza su presencia en España.